sábado, 14 de diciembre de 2013

SINTONIZANDO LA FRECUENCIA


¿Qué nos ocurre físicamente, cuando se elevan las frecuencias de luz que recibimos?


El primer paso del cambio es hacia el caos, porque el modelo anterior debe disolverse, antes de que se pueda manifestar lo nuevo. En el siguiente paso los patrones se reorganizan en un orden más complejo, produciendo organismos más perfectos. Si tú eres de aquellos preocupados porque tu energía opera con muchos altibajos, a veces precipitándote en un estado de intensa fatiga; y además oscilas emocionalmente entre la depresión y la euforia. ¡No, no eres un psicópata bipolar! Simplemente todo tu cuerpo está tratando de afinarse a las nuevas frecuencias de luz. Igual que cuando vas a captar una emisora de radio, tienes que mover hacia adelante y hacia atrás la sintonía hasta captar el punto exacto, así, ahora, oscilas de un estado a otro, hasta lograr un equilibrio. Ese mismo proceso, físico y emocional, vuelve y fluctúa cada vez que la frecuencia del planeta se eleva un grado más.

Muchas personas, jóvenes y viejas, están presentando fallas de memoria. Esto se debe a la caída acelerada del campo magnético de la Tierra, que produce ese efecto, porque el magnetismo es como el adherente que atrapa los recuerdos. Para poder asimilar lo nuevo, el disco duro de nuestro computador interno necesita ser apagado y luego encendido nuevamente. El nacimiento del ser humano nuevo se dará en el momento en que el campo magnético de la Tierra alcance el punto 0. Solo en esa circunstancia se hace posible completar la re-configuración de todos nuestros patrones genéticos, y hacerlos aptos para la vida en una dimensión más elevada. La remodelación del ADN produce oleadas de fatiga y dolor. Hay un período agudo, cuando las frecuencias más altas impactan nuestro cuerpo, seguido de un tiempo más suave de asimilación. Durante el ciclo agudo hay necesidad de dormir y descansar más. Hay que advertir que todos estos síntomas son temporales, durarán mientras la Tierra completa su trabajo de parto, y con ella pasaremos por un nuevo nacimiento a la quinta dimensión.

Si por ahora no puedes concentrarte en nada, comprende que tu cuerpo se está adaptando a los cambios de la Tierra, y tu cerebro y tu sistema nervioso están en reconstrucción. Es posible que los dolores del cuerpo se hayan intensificado especialmente del lado derecho, y sientas una punzada permanente en la base del cráneo, y en las caderas. Tal vez, sin causas médicas exista molestia en las rodillas, las piernas y las articulaciones, y un calor interno recorra tu cuerpo produciendo vibración y una sensación quemante. Si tu corazón a veces acelera sus latidos sin razón. Felicitaciones, eso significa que ya estás activando tu cuerpo de Luz.

El proceso es simple. Las frecuencias elevadas, que están llegando a la Tierra, activan y aceleran la vibración de nuestras células, y ellas reaccionan irradiando calor hacia los espacios vacíos que las rodean. Esta implosión despierta algunos códigos dormidos del ADN, y expande la información nueva hacia los núcleos de otras células, las que también se activan. Así nuestro cuerpo es el escenario de una re-configuración en cadena, que resultará en una expansión de la conciencia, que es correspondiente con una forma material más sutil y más perfecta. La mejor forma de comprender este proceso es tomando en consideración que, a nivel molecular, el cuerpo físico contiene ondas de energía que responden de inmediato a la interacción con frecuencias más elevadas, adaptándonos a ellas haciendo cambios en nuestros patrones biológicos.

La consciencia es aquella posibilidad de comprender el sentido de la vida, según un determinado nivel de percepción, para los ciudadanos de la Tierra, la interpretación de la realidad ha estado hasta ahora firmemente anclada en la tercera dimensión, o capacidad de percibir solo una franja muy estrecha de la creación (el 10%), que fluctúa entre las frecuencias superior al infra-rojo y por debajo del ultra-violeta. Por eso el cerebro del ser humano, que funciona como una caja de resonancia, ha activado solo ese 10% de su capacidad; mientras duermen el 90% restante de sus posibilidades, porque corresponden a frecuencias de otras dimensiones de luz, que no estamos afinados todavía para experimentar.

Lo que define cuál ha de ser la matriz de consciencia de una unidad, llámese planeta, o ser humano, es la energía de luz que estamos capacitados para asimilar. En la tercera dimensión percibimos esa energía como dos ondas con propiedades diferentes: electricidad y magnetismo. La porción eléctrica provee la información de los códigos de creación, y la magnética es el aspecto que los estabiliza. En esta forma las dos polaridades actúan coordinadamente para mantener ese nivel de realidad.

Las frecuencias de luz se producen como pulsaciones, y el ritmo de las mismas condiciona los ciclos. La Tierra, por ejemplo, es muy vulnerable a las emisiones electromagnéticas de las explosiones solares que recibe cada once años, cuando el sol completa un ciclo y pulsa. También existen ciclos galácticos, y cuando uno de ellos termina, nuestro centro galáctico pulsa, disparando energías de frecuencias electro-magnéticas altísimas, que cambian las matrices de vida en toda la galaxia. Estas frecuencias viajan como ondas, llevando paquetes de información nueva, que provocan un ordenamiento más complejo en todos los niveles, desde el solar y planetario, hasta el molecular, con el consiguiente salto quántico en la apertura de consciencia y la evolución de la vida.

Si comprendemos esto, estaremos ubicándonos dentro de la situación planetaria que vivimos actualmente. Sabemos que desde 1987se ha incrementado en la Tierra el impacto de fotones de luz de altísima frecuencia, procedentes del centro galáctico. También hay ya confirmación científica de que, tal vez debido a este bombardeo de energía, algunas constantes planetarias, como el magnetismo y la frecuencia Schumann, (pulsación de la Tierra), han estado cambiando. De hecho estamos ya muy cerca de un acontecimiento espectacular, que el ser humano no conoce: se calcula que, antes de finalizar el año 2012, el magnetismo haya alcanzado el punto cero, y la resonancia base de la Tierra, o frecuencia Schumann, haya subido de 7.8 a 13 Hz. En el momento crítico en que esto suceda, tendremos la oportunidad de vivir un cambio dimensional que pondrá fin a nuestras limitaciones como seres humanos.

El primer movimiento hacia establecer un nuevo orden es el caos, y esto lo estamos experimentando ahora. Todos los paradigmas existentes: a nivel del gobierno, las instituciones, las religiones y creencias, los sistemas sociales, familiares, de salud, etc. están resquebrajándose para finalmente sucumbir. Paralelamente el clima, los elementos y la geología de la Tierra también están convulsionados. Desde el 13 de abril del año 2002 la nueva matriz de creación, o rejilla energética, está ya completa, y gracias a eso, la nueva información puede fluir, despertando la afinidad de quienes estén listos para asumir su destino como seres humanos mas completos.

Al entrar nuevas energías a la Tierra, se afectan los sistemas políticos, sociales, económicos y de creencias. Es por lo tanto una información nueva, con experiencias vibratorias diferentes, incluyendo además, nuevos paradigmas geológicos y climáticos. Todos los calendarios: Mayas, Tibetanos, Chinos, Egipcios, etc., coinciden en que, en la época en que vivimos hoy, se dará un cambio definitivo en la VIDA DE LA TIERRA. Es pues este tiempo, único en la historia de la humanidad.

Si tú deseas participar en esta aventura más allá de ti mismo, hay un cambio de configuración que debes hacer, para conectarte con la amplitud de onda que incluye a toda la creación. La nueva configuración es la apertura hacia el espíritu, reconectarse con nuestra verdadera naturaleza como seres de luz, que además sirve como frecuencia de acceso a la supervivencia.

Vivimos ahora los tiempos de un gran cambio, un salto cuántico a nivel de la conciencia colectiva como especie humana. La selección que hace cada uno y a nivel global, para nadar con la marea cósmica del cambio, o, en contra de ella, luchando inútilmente por la preservación de modelos anteriores ya caducos. El siguiente paso que viviremos, es el despertar cósmico que experimentaran nuestras células y códigos genéticos, cuando consigan afinarse al nuevo código de creación, y cantar la canción de unidad con todo el universo, en ese momento tanto la humanidad como nuestro planeta, dejaran de estar en riesgo de extinción.


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